todos nosotros, o el famoso Tonto de las bolitas, asombroso ejemplo de iluminado psiquiatrizable que es capaz de acabar ingresando a cualquier psicólogo que ose escuchar sus costumbres cotidianas. Por no hablar de ese prototipo de anciano venerable que a base de ser por primera vez presidente de algo: Presidente de la Tercera Edad de su barrio, acaba teniendo tales delirios de grandeza que prepara una excursión a Cangas de Onis  como si fuera la batalla de Waterloo. Cierto es que entre la locura y la cordura viven seres tan edificantes como el Obispo de Mozárbez, un pensador eclesiástico que ha desarrollado sistemas de convivencia, tan avanzados si se aplicasen, que podrían acabar con el odio en el mundo: el amor a la verdad, el respeto y el amor al prójimo y al arte, sin ir más lejos. Claro que este peculiar Obispo sabe de lo obstinado del ser humano, por eso complementa el arte del sermón con lo que él mismo llama: el reparto de ostias. Y quién no querría conocer las declaraciones, a corazón abierto, de un personaje tan enigmático como Islero, el toro que mató a Manolete. Muchas cosas se han dicho sobre él y su encuentro con el famoso diestro, pero ¿Es esa la verdadera historia de la muerte de Manolete? ¿A qué se dedica Islero en la actualidad?